domingo, 15 de noviembre de 2020

¿Te acuerdas de Karl-Heinz Rummenigge?


- Leyenda del Bayern de Munich que durante toda una década ejerció de goleador, conquistando en sus inicios dos ejemplares de la Champions League y otros tantos que engrandecieron al club que le hizo glorioso.
Karl-Heinz Rummenigge fue el ganador del Balón de Oro en dos ocasiones (1980 y 1981), quedando como máximo goleador de la Bundesliga hasta en tres ocasiones. Después jugó también en el extranjero, representando al Inter de Milan en Italia y al Servette suizo.

Para la selección alemana también fue icónico, aunque solamente podría alcanzar el título de la Eurocopa de Italia 1980. Llegó a dos finales de la Copa del Mundo, pero ni en España 82 ni en México 86, consiguió lograr la hazaña.

Rummenigge, leyenda del Bayern.
- "Kalle" nació el 25 de septiembre de 1955 en Lippstadt (Alemania). Fue uno de los mejores delanteros de su época, un clásico del gol que se movía con inteligencia haciendo gala de una poderosa zancada y un instinto de rematador asombroso. Dominaba el juego aéreo y era rápido como una gacela, tenía el don de hallar puerta con increíble facilidad, como bien demuestran sus más de doscientos goles que hizo en sus diez años jugando para el Bayern. Además, también podía desenvolverse como delantero posicional, aportando algo más que gol al juego de su equipo.
A comienzos de los sesenta, Rummenigge comienza a jugar para el Borussia Lippstadt, el equipo de su localidad natal. Tenía diecinueve años cuando ingresó en la disciplina del Bayern de Munich, el que sería el club más importante de su vida y donde sería figura. 
En sus primeros compases coincidiría con el maestro Udo Lattek, quien vería su talento y alabaría su juego desde que llegó a la ciudad bávara. En su equipo coincidiría con otros experimentados futbolistas germanos como Josef Dieter Maier, Gerd Müller, Uli Hoeness y el inolvidable Franz Beckenbauer. Más tarde se uniría su buen amigo Paul Breitner.

Rummenigge ya demostraría unas cualidades inmensas en sus primeros partidos con el Bayern, aunque su rendimiento de cara al gol no sería tan llamativo ni constante como lo sería años después, con la llegada de Pal Csernai.

Lattek sería quien le invitaría a debutar en la máxima categoría alemana, el 24 de agosto de 1974. Sería en una salida a Hessen, para medirse al Kickers Offenbach en su cancha, equipo que amargaría el estreno del joven atacante al vencer por un sorprendente 6-0.
Tres jornadas después llegaría el primer gol de Karl-Heinz con la escuadra bávara, en un partido como locales ante el Köln que acabaría con 6-2 para el Bayern. Los goles de "Kalle" irían llegando poco a poco.

En su primer año celebraría el título de la Liga de Campeones, haciendo lo propio al año siguiente (1976), cuando ya había cogido más confianza de cara al remate, pues en su segundo año anotaría en 8 ocasiones.

Con la obtención de la Copa Intercontinental llegaría una pequeña sequía en cuanto a títulos importantes, aunque Rummenigge seguiría aprovechando cada minuto para erigirse como uno de los grandes delanteros de la Bundesliga y, por tanto, del continente europeo.
Con sus tantos lograría realzar a un Bayern que a comienzos de los ochenta le permitiría celebrar dos títulos desconocidos aún para él, la Meisterschale y el trofeo que gana el máximo goleador de liga, pues hizo 26 dianas.

Aún sería condecorado como máximo anotador en dos ocasiones más (1981 y 1984), así como levantó otra "Ensaladera", dos Copas alemanas y sus flamantes Balones de Oro que le colocaban como uno de los mejores futbolistas del mundo.

Tal fama haría que Rummenigge no acabase su carrera en el club que le vio nacer, ya que se iría a Italia a mediados de los ochenta, dejando unos números en la competición germana de 162 tantos en 310 partidos. Karl-Heinz no volvería a jugar más en su país natal, despidiéndose del club muniqués tras una década de éxitos.

Con Alemania, Karl-Heinz Rummenigge estuvo a punto de ser campeón del mundo.


- En la liga italiana competiría durante tres temporadas como miembro del Inter de Milan, donde tendría tiempo a marcar 24 tantos en 64 apariciones. No obstante, no llegaría a ganar títulos con la escuadra de San Siro.
Después aterrizaría en el fútbol suizo para jugar en el Servette, donde aguantaría hasta 1989 para después colgar las botas de forma definitiva, dando paso a otra generación de futbolistas alemanes que sí ganarían el Mundial de Italia 90.

Aquella sería la espina clavada del internacional Karl-Heinz Rummenigge, quien llegaría a participar en tres Mundiales, rozando la gloria en las finales de España 82 y México 86. Al menos pudo ganar la Eurocopa de Italia en 1980, completando una trayectoria con Alemania de 45 goles en 95 partidos.

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