viernes, 15 de mayo de 2020

¿Te acuerdas de Marco Van Basten?



- Todos hemos admirado su talento, pues Marcel Van Basten fue considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, un gran delantero que formó parte de aquel maravilloso Milan que dominaba el fútbol europeo entre los años ochenta y noventa.
Tres Balones de Oro fueron parte de sus máximos logros individuales, obtenidos en 1988, 1989 y 1992. Y es que las lesiones no le permitieron conseguir más galardones, ya que tuvo que retirarse bien temprano, habiendo conseguido ya su tercera Liga de Campeones, ya sin protagonismo alguno.

Por ello, fue pobre su trayectoria internacional. Solamente pudo alcanzar los 58 partidos con Holanda, selección a la que llegó a representar en las Eurocopas de 1988 y 1992, así como en el Mundial de Italia 90. En su única participación mundialista, el equipo holandés dejó mucho que desear.

Van Basten ganó tres Ligas de Campeones.
- Lástima de aquellas lesiones. Este frágil diamante del balompié siempre mostró ciertos problemas con sus tobillos. A medida fue comparado con Rudolf Nuréyev, ese bailarín ruso al que parecía emular con sus movimientos sobre el campo, haciéndolo todo fácil y con el don de un jugador de clase innata.
Fue el heredero de Johan Cruyff, otra perla salida del fútbol neerlandés que tanto le inspiró en sus primeros pasos por el deporte. Van Basten, sabía pasar el balón, marcar goles desde cualquier punto y manejaba el cuero como nadie. Además era un buen lanzador a balón parado, y siempre que el balón estaba en su posesión, muchos éramos conscientes de que algo mágico iba a ocurrir, pues su forma de jugar era realmente brillante.
El "Nuréyev del Calcio" nació el 31 de octubre de 1964 en Utrecht (Holanda). Creció en el distrito de Oog In Al, dando sus primeros pasos con el F.C. Edo cuando tenía seis años de edad. De ahí pasaría al UVV Utrecht, donde pasó casi una década hasta unirse al Elinkwijk, otro equipo de la ciudad en el que ya destacó para llamar la atención de muchos curiosos. De esta manera, Marco Van Basten ingresaría en la disciplina del Ajax a comienzos de los ochenta, donde ya había sido rechazado su hermano Stanley.

En el conjunto de Amsterdam se daría a conocer, un equipo acostumbrado a presentarnos increíbles talentos de talla mundial y de donde saldrían grandes futbolistas, especialmente durante aquellos años ochenta y gran parte de los noventa.

Desde su llegada -a los dieciséis años- a Marco ya se le veían grandes condiciones como delantero. Tuvo el honor de sustituir a Cruyff en el día de su debut profesional, un 3 de abril de 1982 en el que anotaría su primer tanto para lograr una victoria por 5-0 ante el NEC Nijmegen.
En poco tiempo ya figuraba como uno de los mejores delanteros de la competición holandesa, como máximo goleador de sus últimos cuatro años en la misma, lo que llamaría la atención de muchos clubes del mundo.

Va Basten dejaría la increíble cifra de 128 goles en 133 partidos con el Ajax, antes de abandonar su país natal y de participar en su primer Copa de Europa (Alemania 1988), en la que saldría campeón y máximo goleador con cinco tantos.

Silvio Berlusconi, máximo dirigente del Milan, no duraría en presentar a su flamante fichaje. Van Basten se presentaría en San Siro junto a sus compatriotas Frank Rijkaard y Ruud Gullit, quienes formarían una histórica escuadra con futbolistas de la talla de un joven Paolo Maldini, Costacurta, Donadoni, Baresi y Albertini, entre otros.
Todos nos enamoramos de aquel Milan, un equipo con el que Marco debutaría el 9 de octubre de 1988, en una amplia victoria frente a la Fiorentina por 4-0. En la siguiente jornada ya marcaría su primer gol como milanista ante el Pescara.

Entonces empezarían a caer los goles como agua de lluvia, derrochando un gran talento que le permitiría alzar su primera Liga de Campeones y el merecido primer Balón de Oro en la campaña 1988\89. Fue un año inolvidable para el crack holandés.

Como era de esperar, rápidamente su fama se extendería, y muchos serían los clubes que trataron de hacerse con los servicios de un jugador que en los próximos años seguiría dominando el panorama del fútbol mundial.
Pese a que la suerte no le acompañó en el Mundial de Italia, precisamente en ese país seguiría siendo figura, obteniendo su tercer y último Balón de Oro en 1992, con un impresionante Milan con el que había celebrado tres Ligas de Campeones y otros tres "Scudetto", además de otros títulos que "San Marco" se llevó a nivel individual, como el trofeo al máximo goleador en las campañas 1989\90 y 1991\92.

Aún joven, Marco Van Basten tendría que retirarse del fútbol, con apenas treinta años.


- Lamentablemente, para Marco Van Basten se terminaría el fútbol de forma muy temprana. Tan solo tenía 28 años cuando las lesiones pedían paso a su talento, lo que le obligaría a abandonar la práctica del deporte sin alcanzar los treinta años de edad. Ya retirado como futbolista, el genio de Utrecht ejercería como entrenador.

Tan solo pudo disputar 58 partidos internacionales con aquella legendaria selección neerlandesa, en la que tuvo tiempo a registrar 24 goles, figurando además como el mejor goleador del torneo europeo de Alemania Federal en 1988.
Aquella Eurocopa fue su único logro internacional, pues ya en el Mundial de Italia 90, Holanda sería eliminada en la segunda ronda. Su última participación fue en la Euro de Suecia 92, cuando el fútbol se obsesionó borrar su nombre de la competición.

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